El valor de liderazgo en la formación profesional

A través de la experiencia de un profesional formado en liderazgo organizacional conoce las bondades que ofrece una disciplina muy valiosa en los entornos académicos y laborales.

Julio Contreras cuenta con una licenciatura en estudios teológicos, un máster en liderazgo organizacional y en estos momentos se encuentra cursando un doctorado en liderazgo transformacional. Actualmente, funge como pastor evangélico en una iglesia local. Gracias a la naturaleza de su vocación y sus estudios ha podido profundizar en esta ciencia social.

Mediante su conocimiento adquirido, el profesional explica dos grandes ventajas que ha obtenido por haberse formado en el área.

Autoliderazgo 
Antes de procurar influir, motivar y dirigir personas para alcanzar determinados objetivos es importante que el líder tenga algo para ofrecer a sus seguidores. Contreras afirma que una de las bondades que obtuvo en su formación fue desarrollar dinámicas para poder liderarse a uno mismo. En el entorno académico existen cinco áreas fundamentales que resumen el autoliderazgo: 
1. Autoconocimiento
Esta habilidad se enfoca en que el líder tenga la capacidad de ser consciente de sus puntos fuertes, débiles y motivaciones. De la misma manera, contribuye a identificar con qué emociones se siente en cada momento y aceptarlas para reaccionar ante ellas de forma adecuada y de esta manera no ser controlados por sus impulsos. 
2. Autoestima
Esta área es una consecuencia directa del autoconocimiento, ya que consiste en la capacidad de valorarse y respetarse a uno mismo. Las personas con alta autoestima son aquellas que se sienten bien consigo mismas, independientemente de sus logros o fracasos. Esto les permite afrontar con seguridad y confianza los retos que se presentan en su camino, así como ser resilientes ante las
adversidades. 

3. Autonomía
El tercer aspecto está relacionado con la capacidad de ser independiente. Probablemente, este concepto podría contradecir la definición de liderazgo. No obstante, en los momentos de crisis un buen líder debe tener en mente que habrá decisiones que serán completamente responsabilidad de él y por esta razón
deberá asumir maduramente las consecuencias buenas y malas. 
4. Autogestión
Autoliderazgo emocional es el otro nombre con el cual se conoce el cuarto punto. Básicamente, esta es la capacidad de un líder para gestionar sus propios recursos, emociones y conductas. Para el desarrollo de este campo es necesario que el líder conozca las posibilidades que tiene y cómo a partir de ellas puede llegar a alcanzar sus metas. Este aspecto también implica la habilidad de poder analizar sus propios
errores y cambiar hábitos para retomar el camino correcto.
5. Automotivación
Por último, esta área es la capacidad de influir de manera positiva en su estado de ánimo para salir adelante, incluso en las circunstancias más adversas.  Participación de los miembros que lidera “Poder ayudar a otros con sus habilidades de liderazgo ha sido uno de los resultados más satisfactorios que he obtenido cuando pongo en práctica mi formación”, mencionó Contreras. Uno de los puntos claves que se enseñan en la disciplina es transformar el pensamiento en donde se establece que generar muchos líderes puede crear conflictos de poder. Por el contrario, la academia y la experiencia han demostrado que las organizaciones con un personal en donde abundan las habilidades de liderazgo son capaces de lograr sus objetivos efectivamente con menos recursos. 

“Entender cómo funciona el liderazgo y aprender cómo aplicar las prácticas de la disciplina a la vida personal, es una ventaja competitiva para cualquier tipo de profesional”, agregó el licenciado Contreras.